Todo esto viene de dos motivos; uno, que el chico al que sus padres deberían de haber llamado Laika ha vuelto a superarse a pesar de tener una nueva dificultad en su vida (parece un culebrón barato con un chico buenorro de protagonista, yo estoy enganchada). El otro, una conversación en el VIPS en la que tuve que pedir a mi interlocutor que me recordara lo que había pedido. Sí, en ese estado se encuentran mis neuronas. Pero ese es un tema aparte.
El caso es que yo le decía que la base para superar medicina está en la superación; él decía que está en aprobar y yo en superarte a ti mismo estudiando. Creo que la verdad - MI verdad - está en un término medio.
Cuando me di cuenta de que los exámenes de medicina no se aprueban estudiando el día de antes e yendo con una gran, graaan sonrisa, me planteé estudiar para aprobar, labrarme un porvenir, etc... y como dos semanas más tarde la preocupación fue en aprender a hacer el pino para vivir de perroflauta en Amsterdam. Juiciosamente, me dijeron que con mi estilo de vida, el perroflauta no me va nada. Y es verdad, teniendo en cuenta mis defensas, a mí la mierda me come, pero me come de verdad.
Con todo esto, quiero decir que a mí no me funciona poner las recompensas en algo extrínseco. No soy ambiciosa. Si yo este verano me he apuntado a inglés no es para sacarme el Proficiency; es porque notaba que estaba perdiendo fluidez y me gusta entender el inglés. Punto. Si voy a clases de literatura y pensamiento no es porque quiera suplantar a Palahniuk; (ni como Stephenie Meyer pero con más tabaco), es porque soy feliz haciéndolo; si es que se puede llamar feliz a una actividad.
No es que sea feliz estudiando, pero pensando en un duplex y en unos pasillos a lo Anatomía de Grey no me merecía la pena echarle horas y horas hasta que mi culo pareciera tan plano como un taco de apuntes. Que además, si la universidad pasó de ser una mezcla entre American Pie y La Sonrisa de la Mona Lisa (sí, con 10 años me gustó esa película) a Ranciocina, no creo que en el hospital tengamos embarazos ectópicos ni gente empalada por las vías de un tren ni esas cosas.
Ni gente guapa, empezando por mi moño-peineta-bic en exámenes.
Así que, me propuse estudiar para superarme a mí misma. Y fue lo único que me hizo reaccionar. Superarme a mí misma y no ser un deshecho social en una carrerita fingiendo que tengo 17 años aún. No por medicina. Medicina se puede dejar; de una forma más fácil de lo que se deja la cocaína. Pero un trabajo tras otro no. Ni un hijo. Llegado a un determinado momento, te planteas si quieres dejar algo porque no es lo que te gusta o porque no puedes afrontarlo. Está claro por qué me lo planteé. Y está claro la decisión que tomé. Y qué ocurrió al final.
Lo que pasa es que para tomar esa decisión, yo llevo un bagaje emocional muy sano, de un entorno que me quería y me aportó la suficiente autoestima como para demostrarme que yo no estoy por encima de cualquier obstáculo sino que tengo la fuerza suficiente como para sobrepasarlos.
Pero alguien que ha conseguido un logro mucho más importante que yo, no ha tenido ese entorno. Si algo han hecho por él, es hacerle de menos; constantemente, desde el mismo instante en el que apareció su amasijo de células moviéndose. Y ahora, con su esfuerzo, él ha conseguido llegar mucho más lejos de lo que quisieron hundirle. Ayudado sí, pero con toda su voluntad. Y esta voluntad ha significado el descubrimiento de una dificultad latente.
Sé por qué ha tomado esta decisión; pero creo que ni él mismo se da cuenta que la cosa va más allá de dónde viviremos. Por lo pronto, a mí me ha demostrado que se puede todo:
C'mon Alex, you can do it
PD: Conversación de besugos con Swanney sobre nombres. Por cierto, se dice así; Wie heisst du? (no me voy a poner a buscar la "es set" o cómo se escribiera por un quítame unas pajas). Parece ser que después de tres años sin tocar alemán me acuerdo de más cosas de las que debería.
PD2: ayer abrí mi libro de die Österreich sobre Klimt y encontré esto:
Klimt, tan sublime como siempre. Algún día haré un post de la Medicina de mi vida, con todas las imágenes que me gustan y recogen mi sentir por ella.
Estoy obsesionada.
Se lo decís a mis GABA.
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