Y de aquí surgió una conversación, en la que mis amigas afirmaban que todo es posible. Pero yo creo que no. Bueno, no hace falta decir que suelo ser la nota pesimista-realista, pero tengo mis motivos para pensar que no todo es posible.
Primero, a mí me parece que uno tiene que asumir sus limitaciones. No entiendo por qué esto le parece a tanta gente muy negativo. Supongo porque en el fondo se confunde asumir las limitaciones con autoponérselas. Y no tiene nada que ver. Cuando empezamos anatomía y estábamos viendo la inervación del brazo, el profesor nos dijo que con práctica todo se consigue, sólo que algunos necesitamos más y otros menos. A lo mejor yo podría llegar a ser muy buena jugadora de baloncesto, pero tendría que echarle muchas más horas que un tío de 2,10 que lleva jugando desde los 7 años.
Mucha gente decide no medirse, tanto por un lado como por otro. Yo sé que ahora mismo ando totalmente descompensada, pero es lo que hay. Es lo que hay si quieres que tus clases consistan en ver una reconstrucción mamaria, como me han contado por ahí...
Y paso con esto al siguiente punto, ¿merece la pena esforzarse? Para mis amigas es un valor seguro. Para mí depende totalmente de la persona. Es difícil saber hasta dónde puedes llegar, pero saber hasta dónde quieres esforzarte para llegar no lo es tanto. Cuando esta amiga nos contaba los comentarios bien intencionados que minaban su autoestima, yo contesté que algunos irían a malas, pero otros serían simplemente consejos. Con el tema Selectividad me planteé muchas veces como segunda opción Biología. Soy de ese porcentaje que estudia medicina porque le interesa el cuerpo humano, y el tiempo me demuestra que no me he equivocado. Por eso pensé que estudiar seres vivos en general me sería más satisfactorio que aprender a tratar enfermos como pueda ser Enfermería. Y siempre tuve claro que uno puede tener mala suerte y que la primera opción no tiene por qué tocarte.
No me parecía que Medicina mereciera un viacrucis universitario.
Un año después, tuve un calvario en el Gólgota y todavía no he resucitado.
Así que realmente, uno y solamente uno valora lo que es necesario. Este chico, conociendo de cerca su sueño, creo que ha medido muy bien sus posibilidades y cuánto quería dar - que ha sido mucho, por cierto -. Y aún le queda, le queda mucho, pero se ha demostrado a sí mismo que puede con todo.
No me gustan los optimismos ciegos y descarriados, porque al final se acaban quedando en una vana sensación de poder que nunca conduce a nada. Pero tampoco el pesimismo pragmático del que hago gala en muchas ocasiones.
Tienen razón mis amigas, ya va siendo hora de que esto aparezca en mi vida:
PD: nuevo album de Kasabian. Ya tengo un concierto de The Horrors pendiente, pero si Kasabian no cae en exámenes no me lo quita nadie
Me gusta esta entrada. ¿Crees que soy asquerosamente positivista? Me has hecho reflexionar, por eso me gusta tu blog. Te pongo un +1.
ResponderEliminarMmmmm... te veo más bien un beatnik redomado.
ResponderEliminarLo de las limitaciones me encanta. Si tuviera que hacer una tesis filosófica, lo haría de las limitaciones.