- A L. Acuarelas y R. por sus apuntes de fisiología. Sin ellos aún pensaría que el corazón lleva pilas.
- A R. por sus magnifícios apuntes de bioQ caligrafiados. El metabolismo tuvo un sentido nuevo gracias a ellos.
- A L. Monkey por venirse algunos días a la biblio conmigo. Creo que a ambas nos vino muy bien, ¿no?
Una mención honorífica especial a Álex. Porque soportarme en exámenes tiene mucho mérito. Soy como una masa enfermiza blanquecina de pupilas dilatadas que pierde agua por todos sus poros. Vamos, como si un Cullen se tira a Bob Esponja. El caso es que él siempre arrastra de Ecullen Esponja y parece no importarle. O guardárselo para cuando pueda gritar sin estar bajo los efectos de la esquizofrenia.
Y otra para mí. ¿Por qué no? Porque estas calificaciones me han sabido casi tan bien como la matrícula de bachillerato. Con la diferencia de que en estas he dejado sudor, lágrimas y sangre. La sangre es literal; todos sabeis que estoy a base de carne roja... (es lo que tiene que ser una violación de un Cullen). Pero aún así yo me lo he currado.
Quién me lo iba a decir en Enero.
Quién me lo iba a decir en Septiembre.
Todos sabeis que en Septiembre suelo encapricharme oportunidades que no son mías. Pero igual que por casualidad encontré una carpa en mi regazo cinco meses después, esta vez me he tenido que meter en el fango para encontrar el koinobori que colgaré en mi ventana.
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