Girls just wanna have fun

Ayer creo que hicimos un reseteo general.

Primero; tarde de recordar grandes momentos. La Noche Fatídica, Fregaman y el Ejército de las Patatas Malignas... Eso me hace pensar que quizá necesitemos nuevas anécdotas; pero no creo que superen esas. Es flipante que aún nos sigamos riendo de que nos pillara la policía porque fuimos tan estúpidos de hacer botellón frente al Tribunal Supremo, de que nos repitiéramos veinte veces "no te me acerques que no quiero nada contigo" o hablemos de cómo se friega en el bar. Un billar, una rosa y una Heineken y chasquido de tijeras. Quizá porque sabemos que esos tiempos no volverán los repetimos tanto. Tampoco quiero que vuelvan. Estuvo bien en su momento, me arrepiento de cosas, pero en general me lo pasé bien. Como todos me supongo.

Segundo: tarde de crear anécdotas nuevas. Tipo nuestros amigos los onemoretime, que pusieran música buena en el Independance, crear como bebida común el Malibú con piña o prometernos no hablar más de los exámenes mientras hacemos el paso del deltoides. Es lo que tiene haberte pasado el último mes enclaustrada cual monje medieval lleno de apuntes que se entendían tan bien como el latín clásico.

Queremos salir de fiesta, y disfrutar, y reirnos; pero yo por mi parte quiero pasármelo bien. Pasármelo bien sin preocuparme de ligar, de contentar a todo el  mundo y de solucionar piques ajenos.

Las chicas queremos pasárnoslo bien porque nos lo merecemos.

Esfuerzo temporalmente arriesgado

El resultado es proporcional a la cantidad de esfuerzo que pongas.

Bueno.

Vale.

En mi caso también es proporcional a la cantidad de suerte que tengas, pero no me puedo arriesgar más. Soy de esas personas que prefieren quedarse con un 8 antes de ir a por el 9; pero van a un examen sin estudiarse dos temas de 20. Sí, soy así de inteligente. O de vaga. Creo que no soy consciente del riesgo hasta que lo tengo delante, diciéndome "vas a suspender". Hasta que es una hoja con varias opciones que bailan en mi cabeza como el cristo de la página web de Homer Simpson.

No creo que me la pelen las calificaciones tanto como parece en un principio, creo que no soy consciente de que en el siguiente examen estaré más jodida porque tengo  más temario. Soy de esas personas que se arreglan en el último cuarto de hora, hacen el trabajo en los diez minutos del intercambio de clase o llaman por un cumpleaños dos días después. A mucha gente le desespera esto. No es algo bueno, pero es algo especial. Especial como tener un trígono o el palmar menor.

Soy una egocéntrica que se considera a sí misma muy especial. Pero también creo que esta inadaptación al espacio-tiempo occidental me va a impedir ver que se me avecinan 6 años muy duros.

Día -1

No, en serio. Tengo que reformarme. No puedo seguir así o seré un médico desastroso. Mi vida será por un estilo:

- Perdone, me han dicho las enfermeras que la operación tendrá que esperar hasta otoño.
- Sí, bueno, es que estaba muy liada y me dejé su operación para septiembre.  
- Pero doctora, ¿no era algo urgente? 
- Bueno, pero es que había una con la que llevaba un par de años. Ale, tómese un par de paracetamoles y venga usté en unos cinco meses. 

Este cuatrimestre prometido; voy a estudiar mucho. Mucho muchísimo. Entre otras cosas, porque como no estudie mucho muchísimo en el 2º voy a tener que estudiar mucho muchísimo en el verano y no me apetece. Con estudiar un poco me sobra y me basta.

Pero también quiero hacer más cosas; veáse salir de fiesta, y hacer fotos, y sobre todo escribir. Apuntarme a inglés puede estar bien. Y probar el ritalín, porque si no me quedo corta.

Me he comprado una agenda para ser ordenada y todo.

Va a ser todo tan fantástico...