lunes, 26 de marzo de 2012

Uk Comics: encuentro con Paul Gravett y Emma Vieceli


El British Council, el Museo ABC y Ubik Europa se asocian para ofrecer al público madrileño cuatro días de encuentros, charlas, talleres y performance en torno a los cómics británicos los días 16, 17, 23 y 24 de marzo en el Museo ABC (C/ Amaniel 21 - Madrid).
http://www.ukcomics.es/

Las actividades del viernes 23, consistían en dos encuentros: Paul Gravett nos habló sobre los secretos del cómic japonés en el Reino Unido y en el mundo y Emma Vieceli trajo una presentación sobre sus trabajos y consejos para futuros creadores de cómic.

Nosotros fuimos principalmente a la presentación sobre el manga. Llegamos ligeramente tarde pero quedaban varios sitios libres. La verdad, teníamos la idea de una afluencia masiva (al estilo de expos) y no éramos más de 20 en la sala.

Me voy a centrar más en la presentación de Paul Gravett, ya que no conocía previamente el trabajo de Emma Vieceli (aunque también hizo una muy buena presentación de la vida de un creador de cómic ).

No sé cómo comenzó la presentación porque llegamos tarde. Lo primero que vimos fueron las muchas colaboraciones entre el Reino Unido y Japón. Gravett dijo que estas colaboraciones beneficiaban sumamente a los nuevos artistas; que muchos de ellos eran descubiertos y obtenían contratos por ellas. Habló de un proyecto mediante el cual recrearon las obras de Shakespeare en cómic, el cual tuvo un gran éxito. También me gustó que Vieceli dijera en su presentación que a ella no le gustaba diferenciar entre manga y cómic como a muchos de sus colegas. Incluso contó que un programa de software se llamaba Manga Studio en occidente y Comic Studio en Japón, dando a entender que las diferencias entre cómic y manga eran cada vez más arbitrarias.

No tomé notas, y es algo que ahora lamento. Pero sí que recuerdo que también comentaron la necesidad del manga como un cambio generacional. Paul Gravett dijo que en un determinado momento, los hijos sólo tenían disponibles los cómics de los padres. Creo recordar que fue Emma Vieceli quien dijo que hasta cierto punto el manga se veía como el nuevo rock&roll, "¡incluso se lee al revés!".

Mi parte preferida fue cuando hablaron de la creatividad japonesa. Trajeron unas imágenes preciosas sobre el kamishibai, que consiste en un teatro callejero pero en el escenario en vez de tener marionetas, tiene imágenes. Por detrás tiene texto, que alguien lee. Aquí lo explica mejor: Qué es el Kamishibai

Explicaron que el cómic japonés tiene una distribución de imágenes distintas al occidental. También dijeron que tienen un tamaño de páginas distinto y distintos plazos para completarlos. Me quedo con algo importante que dijo Gravett: mientras que en el cómic occidental los dueños son las grandes compañías (Marvel, Disney...) en Japón el dueño es el autor. Eso significa que si a ti te apetece que tu adorable lolita se despeñe por un precipicio, la despeñas. Sin miedo a que luego vuelva a aparecer convertida en hombre, en espíritu del bosque, en chibi o en estudiante-petarda.

Por último, puso unos ejemplos sobre la creatividad en japón con dos cómics: uno llamado Thermae Romane sobre un arquitecto de baños romano en ruina que aparece en el nuevo Japón e importa la tecnología de los baños a la antigua Roma y mi preferido:





 ¿Les reconoceis? ¡Sí, son Las vacaciones de Jesús y Buda! Solamente porque cuando Jesús se enfada se clava la corona de espinos y cuando se pone contento la corona florece, me voy a dejar los 8 pavos que cueste el tomo. 

Esto como un resumen de lo que más me llamó la atención de la presentación.

Pero, ¿dónde está la literatura? Muchas ideas sobre distribución de viñetas y duración de las historias, ¿pero los elementos característicos de la literatura? Por ejemplo, el folklore tradicional con el que consiguen darles un simbolismo especial a sus historias. Cuando les pregunté por un posible código europeo, me contestaron que sí, que estaría bien crear un código propio de cada país. Así que llegué a la conclusión de que me expreso mal tanto en inglés como en castellano. Si un alemán se lee un cómic de Mortadelo y Filemón no va a entender nada. Pero eso no es un código propio castellano. Eso es una alusión a situaciones que en algún momento fueron relativamente cotidianas o parodiables. De hecho, dudo que un lector actual entienda sin ayuda algunos chistes de los cómics típicos castellanos.

Un código propio es que te aparezca un sincara y sepas interpretar qué simboliza en la película, qué va a hacer y dibujar un poco hacia dónde va a ir la historia. De esta forma tan elegante y sutil, tan... japonesa. No sé si algo así se podría conseguir en occidente, pero sería muy interesante mucho más que decidir si ponemos 48 páginas al tomo o 200. Tampoco se habló para nada en la forma oriental de narrar. Se pincela algo con el kamishibai, pero no penetran en la delicada descripción de la violencia, del amor, que caracteriza tantísimo a la narración oriental. Por supuesto, nada de evolución de personajes.

Hablaron ligeramente del target de los cómics japoneses. De cómo el mercado occidental se ha centrado en tebeos para preadolescenets y en japón tenías shojos, shonens, hentais...

Así que la verdad es que la charla me decepcionó un poco. Se centraron demasiado en anécdotas de edición y poco en historias. Como si en una charla sobre la influencia de la narrativa americana mencionamos de pasada a Carver y nos centramos en por qué Crepúsculo ha triunfado. Creo que para que un cómic sea bueno necesita tener una buena historia, con todas o casi todas las normas que atañen a las buenas historias.

Aunque claro, yo dedico mi tiempo libre a aprender sobre historias y no sobre cómics. Desde luego, no era lo que estaba buscando.

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